Durante los últimos miércoles del verano, un grupo se ha reunido en La Casica de Bienservida al atardecer para leer, analizar y comprender las lecturas del siguiente domingo.

Con entusiasmo, Rafael, doctorando en Estudios Bíblicos y vecino de Bienservida, ha transmitido «conocimientos, espiritualidad y buenos deseos de acercarse a la Biblia, como discípulos y misioneros de la Esperanza». 

El taller ha logrado combinar la fe con la curiosidad, la tradición concreta con la cultura general… y comprender el presente aprendiendo de la historia.

Ha consistido en un manual práctico para seguir la Eucaristía, una guía espiritual y un acercamiento a la historia de nuestros orígenes judeo-cristianos. La Casica de Bienservida ha prestado alegremente su espacio para la actividad las tardes de los miércoles. 

Rafael y los propios participantes destacan de las reuniones semanales la creación de un vínculo entre vecinos; un círculo seguro bajo la icónica carrasca de La finca para expresarse y compartir en confianza.

«Gracias a todos los asistentes que han participado en este taller entre amigos, se han involucrado y aportado ideas y puntos de vista muy interesantes», comenta una de las gerentes. 

Se despide así este taller estival, pero seguro que el verano próximo continúa. 

Mientras tanto, la La Casica mantendrá su actividad durante el otoño e invierno, con propuestas variadas: «Seguiremos apostando por la cultura y fomentando iniciativas positivas para el pueblo». 

Desde su inauguración el pasado 2 de mayo, La Casica de Bienservida se dedica a la cultura y el entretenimiento, eventos y celebraciones. 

Paloma Serrano Molinero.

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