La despoblación rural se combate con discursos, campañas y páginas web de nombres sugerentes.
Una de las últimas, “Tenemos un pueblo para ti”, promete oportunidades y un futuro en la Sierra del Segura y de Alcaraz. Sin embargo, la realidad desmiente las proclamas: sin techo no hay arraigo, sin vivienda no hay posibilidad de vida estable.
El ejemplo de Riópar es paradigmático. Hay más de dos centenares de casas rurales solo en la villa de Riópar. El municipio aparece como emblema de la recuperación rural, pero al mismo tiempo ofrece una cara amarga: escasez de alquileres, viviendas en venta con precios desorbitados para la zona, y un parque inmobiliario que en muchos casos acumula años de abandono. Ha habido casos de profesores y trabajadores públicos que no han podido quedarse por no encontrar un piso digno donde vivir. Una contradicción que debería sonrojar a las administraciones.
Ni la Junta de Comunidades, ni la Diputación, ni los ayuntamientos parecen dispuestos a liderar una política real de vivienda pública en la Sierra del Segura y de Alcaraz. Mientras tanto, se invierten recursos en portales web, en campañas que venden humo y que no resuelven la raíz del problema. La falta de vivienda asequible no es una anécdota: es el primer obstáculo para fijar población.
El fenómeno se agrava con la mentalidad local: propietarios que prefieren no alquilar, por miedo a “quién se mete en la casa”, y otros que solo piensan en sacar rendimiento turístico a corto plazo. Resultado: no existen viviendas para residencia habitual de larga duración.
La paradoja es clara. Se exige a la población joven y a quienes desean instalarse en el medio rural que se conviertan en pioneros de un nuevo modelo de vida, pero se les niega lo esencial: un hogar. Sin vivienda asequible, no habrá familias que echen raíces, ni proyectos que prosperen.
La Sierra del Segura y de Alcaraz necesita menos propaganda y más políticas valientes. El primer servicio básico, antes que internet o incluso que una plaza escolar, es una casa donde vivir. Sin eso, cualquier plan de repoblación será papel mojado.

