En el tradicional desayuno de Feria que organiza la Asociación de Mujeres Empresarias de la Provincia de Albacete (AMEPAP), celebrado en la caseta de FEDA, el protagonismo volvió a situarse en las mujeres como motor de desarrollo económico y social.

Una cita ya consolidada en el calendario ferial, que este año ha puesto de nuevo sobre la mesa el papel esencial de la mujer en el mundo rural.

Porque si bien los discursos oficiales insisten en reconocer la importancia de la mujer en los pueblos, la realidad es que siguen siendo necesarias políticas concretas que vayan más allá de las palabras. La mujer rural, al igual que cualquier mujer en entornos urbanos, necesita oportunidades reales de vivienda y trabajo, los dos pilares que marcan la diferencia entre quedarse o marcharse.

AMEPAP, con su nueva presidenta Vanesa Serrano al frente, mantiene su mirada en reforzar esa red de apoyo entre empresarias, donde la mujer rural debe ocupar un espacio central. No solo como símbolo, sino como pieza clave para la supervivencia de los pueblos, donde su talento, iniciativa y capacidad de emprendimiento pueden garantizar futuro y desarrollo.

El evento también sirvió como punto de encuentro y networking entre empresarias, responsables públicos y agentes sociales, poniendo en valor la importancia de tejer alianzas. Pero quedó patente que, más allá de actos y palabras, la mujer rural reclama acciones tangibles: acceso a vivienda digna, apoyo al emprendimiento, conciliación y empleo de calidad.

El papel de la mujer rural fue, es y será vital para la vida en los pueblos. Igual que el de cualquier mujer en las ciudades. Y esa verdad, sencilla pero rotunda, debería ser la guía de todas las políticas que se planteen en el futuro.

Foto: Diputación de Albacete.

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