No hay madrileño que, camino de la playa por la A-31, no haya parado alguna vez en La Roda para llevarse una caja de Miguelitos.

Y si no lo ha hecho… que tire la primera migaja. Por eso, el Premio Altozano 2025 de la Asociación Cultural Albacete en Madrid parecía cuestión de tiempo: era normal, casi obligado, como tantos reconocimientos que este dulce se ha ido ganando a pulso.

El galardón se entregó este lunes en el stand de la Diputación en la Feria de Albacete, coincidiendo con el centenario del nacimiento de su creador, Manuel Blanco López. El premio lo recogió su hijo, Julián Blanco, acompañado de Visitación y de representantes de las firmas productoras que hoy mantienen viva la receta más célebre de La Roda.

Orgullo rodense

El acto contó con el presidente de la Diputación, Santi Cabañero, el alcalde de La Roda, Juanra Amores, y los representantes de ACAM, Patricio Morcillo y Emilio Martínez. “El Miguelito es uno de los más grandes embajadores de Albacete”, señaló Cabañero, que arrancó más de una sonrisa al recordar esa escena tan típica: llegar a cualquier lugar de España y que te pregunten: “¿nos has traído Miguelitos?”.

Juanra Amores, por su parte, defendió con firmeza lo que todos en La Roda tienen claro: “Si no se elabora aquí, no es Miguelito”. Una reivindicación que, entre bromas, se convirtió en lema de la jornada.

Dulce, poesía y memoria

El homenaje incluyó versos de Paco Jiménez Carretero y Manuel Cortijo Rodríguez, que describieron al Miguelito como “flor y bandera de La Roda”. La familia Blanco se mostró emocionada, agradeciendo un reconocimiento que honra la memoria de Manuel Blanco, aquel confitero que nunca imaginó que su invento se convertiría en símbolo nacional.

También estuvo presente Juan José Fernández, discípulo de Blanco, quien recordó cómo ayudó a extender la fama de este dulce por toda España, sin perder la esencia artesanal que lo distingue.

Un premio que endulza la Feria

El Premio Altozano, con más de siete décadas de historia, ha distinguido símbolos tan albacetenses como la Feria, la cuchillería o el Albacete Balompié. Este año, el turno era evidente: los Miguelitos de La Roda, esos hojaldres rellenos de crema que han convertido al municipio en parada obligatoria de viajeros, embajadores de Albacete en cada caja que cruza fronteras y orgullo de todo un pueblo.

Porque, seamos sinceros: era imposible que este premio no acabara en La Roda. Como imposible es pasar por allí y no salir con una caja en el asiento trasero.

Foto: Turismo Castilla la Mancha.