Un director, una película y un paisaje eterno.
Pocos nombres han quedado tan ligados a la Sierra de Albacete como el de José Luis Cuerda. El cineasta albacetense (Albacete, 1947 – Madrid, 2020) convirtió en 1989 a Ayna, Liétor y Molinicos en un plató natural que marcaría para siempre la memoria colectiva: Amanece, que no es poco. Una película que en su momento pasó casi de puntillas por la taquilla, pero que con el tiempo se transformó en cinta de culto y en un fenómeno social capaz de atraer cada año a miles de visitantes.
El universo surrealista que brotó de la Sierra
En Amanece, que no es poco, los paisajes serranos no son un simple telón de fondo: son parte de la trama, cómplices de la historia. Las cuestas empinadas de Ayna, las calles de Molinicos, la iglesia de Liétor… se convirtieron en escenario de diálogos absurdos, personajes imposibles y un humor surrealista que solo Cuerda supo cocinar con tanto cariño por la tierra.
La película, con un reparto coral que incluía a Antonio Resines, Luis Ciges, Pastora Vega, Gabino Diego o Chus Lampreave, convirtió lo local en universal. Porque en aquellas escenas no solo se reía España, sino que se reía de sí misma.
Una ruta convertida en peregrinación
Hoy, más de 35 años después, la llamada Ruta de “Amanece, que no es poco” es un motor turístico en la Sierra. Decenas de señales indican los lugares donde se rodaron escenas míticas: el huerto donde los hombres nacen de la tierra, la curva donde los guardias civiles reflexionan sobre la vida, o la plaza donde todo el pueblo se reúne para votar si Dios existe.
Cada año llegan autobuses de toda España, y en las fiestas locales se organizan recreaciones de escenas, rutas guiadas e incluso concursos de amanecistas. Cuerda consiguió lo que pocos artistas logran: que la gente peregrine a un rincón del mapa movida solo por la magia del cine.
Más allá de “Amanece”
Aunque Amanece, que no es poco es su obra más icónica en relación con la Sierra, José Luis Cuerda dejó una filmografía sólida: El bosque animado (1987), La lengua de las mariposas (1999) o Los girasoles ciegos (2008) muestran la otra cara de un director capaz de combinar ternura, drama y humor ácido. Su compromiso con la memoria histórica y con la cultura popular lo convirtieron en un referente moral y artístico.

El legado de un hombre de la tierra
Cuerda falleció en 2020, pero su huella sigue viva. La Sierra de Albacete lo recuerda no como a un visitante ilustre, sino como a un hijo adoptivo que supo poner en el mapa un territorio olvidado para muchos. En cada amanecer en Ayna, en cada carcajada que arranca una frase de Luis Ciges, late el espíritu de Cuerda.
Su figura nos recuerda que el humor puede ser resistencia, que lo surrealista también es profundamente humano y que, desde un pequeño pueblo de la Sierra, se puede hablarle al mundo entero.
En un tiempo en el que la España rural lucha contra la despoblación y el olvido, José Luis Cuerda demostró que un cineasta podía convertir la Sierra en mito, en destino y en motivo de orgullo.
Él hizo universal lo que siempre estuvo aquí: la gente, las montañas, la vida sencilla.
Y ese es, quizá, el mejor homenaje.
Más sobre José Luis Cuerda
- Raíces albaceteñas: nació en Albacete en 1947 y siempre reivindicó con humor su tierra natal. Solía decir que el carácter manchego, seco y a la vez irónico, estaba en el ADN de su cine.
- Cineasta completo: aunque muchos lo conocen por Amanece, fue también productor. Gracias a él se lanzó la carrera de Alejandro Amenábar, a quien apoyó en Tesis y Abre los ojos. Sin Cuerda, quizá Los otros o Mar adentro nunca hubieran existido.
- Reconocimientos: ganó el Goya a la Mejor Película con El bosque animado (1987) y el de Mejor Guion Adaptado por Los girasoles ciegos (2009). Además, fue Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2009.
- Compromiso social: en La lengua de las mariposas (1999) abordó la Guerra Civil desde los ojos de un niño, con sensibilidad y memoria histórica, reflejando una parte dura pero necesaria de nuestro pasado.
- Personalidad única: era conocido por su sentido del humor mordaz y su carácter entrañable. En entrevistas, podía pasar de la risa al análisis más serio sobre política, cultura o sociedad.
- Última etapa: antes de morir, en 2020, estrenó Tiempo después, una especie de heredera espiritual de Amanece, con el mismo aire surrealista y coral, pero ambientada en un futuro distópico. Fue su despedida del cine.
Palabras de José Luis Cuerda
- “Yo no soy surrealista, lo que pasa es que la realidad me parece surrealista.”
- “A mí lo que me interesa es la gente corriente, con sus rarezas, porque son las que dan más juego que los héroes.”
- “No hay que confundir la seriedad con la falta de humor. El humor es lo más serio que hay.”
- “Si tienes que rodar con cuatro duros, lo único que no puede faltar es talento y ganas de contar cosas.”
- “El cine no cambia el mundo, pero ayuda a que la gente lo mire de otra manera.”
De Amanece, que no es poco:
- “¡Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!”
- “Yo soy un hombre libre… y una mierda pa’ ti.”
- “¡Un respeto a las putas, hombre, que son las que ponen el lomo!”
