La Sierra ha despertado hoy bajo un cielo gris, envuelta en esa lluvia fina y constante que anuncia el otoño de verdad, el de los campos empapados, los paraguas abiertos y las chimeneas encendidas.

Las precipitaciones, suaves pero generalizadas, han dejado acumulados entre 7 y 10 litros por metro cuadrado en distintos puntos de la comarca hasta el cierre de esta noticia (13 horas domingo 26 de octubre). En Alcaraz se han registrado alrededor de 8 litros, mientras que en Peñas de San Pedro la cifra rozaba los 9 litros. En Riópar y Zapateros, el pluviómetro marcaba 9 y 10 litros respectivamente, y en localidades como Cotillas, Cañada del Provencio o el Cortijo de Tortas (Paterna del Madera) se han medido unos 7 litros, según las estaciones meteorologías de Suremet.

Más allá de los números, el día ha sido un retrato perfecto de otoño serrano: las hojas doradas cayendo entre el murmullo del agua, el aroma a tierra mojada y ese silencio que solo la lluvia sabe imponer. Desde las ventanas, muchos vecinos han compartido la misma sensación: “da gusto mirar afuera”.

Una lluvia mansa, de las que calan sin hacer ruido, que ayuda al campo, limpia el aire y embellece aún más los paisajes de la Sierra del Segura y la de Alcaraz.

Porque el otoño aquí no solo se siente… también se escucha, se huele y se mira.
Y cuando llueve así, despacio, la Sierra respira.