Migas, plato típico en épocas de frío

Cuando el frío arrecia en la Sierra de Albacete, cuando el viento baja por los barrancos de Riópar, Paterna del Madera o Villaverde con filo de invierno, en muchas casas de la comarca ocurre algo que forma parte de nuestra memoria colectiva: huele a migas.

“Hoy ha sido un día de chimenea, de manta… y de migas.”

Así lo resumían muchos vecinos en redes sociales mientras fuera la nieve cuajaba en las umbrías desde el Robledo hasta los Calarejos. Dentro, sin embargo, la historia era otra: sartenes al fuego, pan del día anterior desmigado con paciencia y un buen chorizo serrano colgado en la cocina, esperando su turno para darle carácter al plato.

La imagen que acompaña este reportaje —migas recién hechas en una sartén negra de acero, al calor de un fogón de pueblo, con una ristra de chorizos serranos presidiendo la escena— es casi un retrato antropológico de nuestra tierra. Una escena que no necesita explicación: las migas son la banda sonora gastronómica de los días de frío en la Sierra.


Un plato humilde convertido en símbolo

Las migas nacieron de la necesidad. De la vida dura de pastores, labradores y jornaleros que, siglos atrás, buscaban calorías, resistencia y abrigo por dentro. Pan, aceite, ajo, un poco de tocino… y listo.

Pero en la Sierra de Albacete, este plato adoptó un carácter propio:

  • Migas más sueltas que en otras zonas
  • Elaboradas con pan duro serrano
  • Lentas, trabajadas, removidas sin prisa
  • Acompañadas con chorizo, panceta, uvas, sardinas o lo que hubiera en cada casa

“Un plato humilde que hoy es una tradición que nos reúne.”

Porque hoy, en pleno siglo XXI, las migas siguen siendo exactamente eso: un motivo para juntarse, para hacer fuego, para recordar quiénes somos y de dónde venimos.


El frío activa un ritual que nunca falla

Días como este —nevadas en la zona alta, carreteras complicadas, mantas en el sofá y el termómetro desplomado— activan automáticamente el ritual serrano:

  1. Pan del día anterior (o de dos días)
  2. Aceite generoso
  3. Ajo bien picado
  4. Paciencia en la sartén
  5. Chorizo colgado… o directo a la sartén

La foto enviada por vecinos, precisamente, lo refleja: una cocina antigua, una sartén tradicional y un chorizo esperando. Una escena que ocurre hoy igual que hace cincuenta años.


🔸 Las migas como patrimonio emocional de la Sierra

Este plato no solo alimenta. Construye identidad.
Es la comida de las matanzas, de las nevadas, del regreso al pueblo, de las reuniones familiares, de los inviernos duros pero felices.

Son historia viva.
Son cultura.
Son Sierra.

“En cada cazo de migas hay una infancia, un abuelo, una lumbre y un invierno de aquellos de verdad.”

Y en cierto modo, este reportaje es también un homenaje a todas esas cocinas anónimas que mantienen encendida la tradición.


🔸 Un plato que también atrae al turista

Porque el turismo rural no solo se construye con paisajes y senderos.
También se construye con sabores, con autenticidad, con esa experiencia que un turista solo puede vivir aquí:

  • Migas hechas al fuego de encina
  • Migas compartidas en cuadrilla
  • Migas en mitad de una nevada
  • Migas para entrar en calor después de una ruta por la Hoz del Río Mundo

La gastronomía serrana es parte esencial del reclamo turístico y, como esta foto demuestra, sigue viva y en plena forma.