Aunque muchos sueñan con perderse entre pinos y riachuelos en plena Sierra del Segura, los que viven allí todo el año tienen otro anhelo cuando llega julio: salir, cambiar de paisaje, oler a salitre y desconectar del monte. Porque sí, en verano, hasta los serranos huyen de su propio paraíso.
El reclamo del mar: Costa Blanca, el clásico de cada verano
El destino por excelencia de los veraneantes serranos sigue siendo la costa de Alicante, con nombres que ya son clásicos:
- Santa Pola, Torrevieja, Guardamar del Segura o La Marina están llenas de vecinos de Letur, Riópar, Yeste o Ayna que, durante dos o tres semanas, cambian el sombrero de ala ancha por la sombrilla playera.
- Muchos tienen apartamento, caravana o comparten alquiler. Otros simplemente se dejan caer a casas de amigos o familiares que emigraron a la costa hace años.
- No faltan los grupos de amigos que llenan coches con neveras, niños, flotadores y se plantan en la playa desde bien temprano.
“Yo nací en Riópar, pero llevo 30 años veraneando en Guardamar. Aquí ya tengo mi gente, mis costumbres y mis cañas con bravas mirando al mar”, cuenta Justo, de 57 años.
Mojácar, Águilas y San Juan de los Terreros: el sur también tira
El litoral de Almería y Murcia también es otro punto caliente. Mojácar se ha convertido en uno de los destinos más frecuentes entre las nuevas generaciones, por su ambiente joven, chiringuitos y precios algo más accesibles que en Alicante.
- Águilas y San Juan de los Terreros son preferidos por familias de pueblos como Socovos, Férez o Nerpio. ¿Por qué? Tranquilidad, buen clima y menos masificación que otras playas.
“En Nerpio en verano hay fresquito, pero a veces apetece sol y mar. Bajamos unos días a Terreros y cargamos energía para el resto del año”, afirma una pareja con dos niñas pequeñas.
Norte de España y turismo interior: los que huyen del calor… del calor del resto
Un sector minoritario pero creciente opta por refrescarse en el norte: Asturias, Cantabria, Galicia o Pirineos. En coche o en autocaravana, buscan sombra, verde y lluvia de verdad.
- También hay quien veranea en La Rioja o el norte de Burgos, con vinos, paisajes y temperaturas suaves.
- En esta categoría entran muchos jóvenes mochileros o parejas que evitan las playas abarrotadas.
Viajar sin salir: camping, pantanos y casas rurales… pero en otro lado
Curiosamente, quienes no pueden permitirse grandes desplazamientos también «veranean», aunque sea cambiando de pueblo, de río o de entorno.
- Campings en La Mancha, el embalse de La Fuensanta o casas rurales en Cuenca o Jaén son opciones económicas para una escapada de 2-3 días.
- Algunos incluso se alojan en pueblos vecinos de la sierra que no conocen, buscando algo distinto dentro de lo cercano.
Conclusión: el serrano también necesita vacaciones
La imagen bucólica de la Sierra como refugio veraniego es muy real… pero no para sus propios vecinos. El que vive en el monte busca mar, el que está rodeado de árboles sueña con chiringuitos y el que escucha grillos todo el año quiere un poco de bullicio.
Y tú, ¿Dónde veraneas? ¿Eres de playa, norte, pantano… o del clásico “yo en agosto no me muevo de mi pueblo”? Cuéntanos tu destino, que esto da para segunda parte.
