“Cuando hay oferta cultural, la gente responde. Aquí lo que faltaba no era gente, sino oportunidades.”

Hace apenas tres años, la Banda de Música de Alcaraz estaba formada por 17 músicos y una escuela modesta que luchaba por sobrevivir. Hoy, bajo la batuta de su director Ángel Sánchez, el panorama es radicalmente distinto: 35 músicos en activo, una Escuela Comarcal de Música con más de 100 alumnos, y un equipo docente de nueve profesores titulados superiores que cada semana llenan de vida los pueblos de la Sierra de Alcaraz.

El proyecto ha crecido tanto que se ha convertido en un auténtico referente cultural y educativo del mundo rural, un ejemplo de cómo la música puede ser motor de cohesión social, identidad y futuro.


Un murciano en la Sierra que creyó en el talento rural

Ángel Sánchez, murciano de nacimiento y residente en Albacete, llegó a la Sierra tras haber trabajado como músico en Londres. “Estaba cansado del gris de la ciudad. Me vine a España y, por casualidad, salió una plaza en la Escuela Municipal de Música de Munera. Desde entonces, no he dejado de trabajar en la comarca”, recuerda.

Después de pasar por Munera y Lezuza, en 2022 asumió la dirección de la Banda Municipal de Alcaraz, donde encontró un grupo de músicos entusiastas, aunque con pocos medios. “Había un nivel modesto, pero una ilusión enorme. Ellos son los verdaderos protagonistas del cambio. Han trabajado con disciplina y ganas, y el resultado está ahí: hoy la banda tiene un nivel musical muy bueno y una proyección extraordinaria”.


Una escuela comarcal que une a pueblos y generaciones

Lo que comenzó con un par de clases semanales se ha transformado en una Escuela Comarcal de Música que atiende a alumnos de Alcaraz,Villapalacios, Povedilla, Salobre, Peñascosa, Viveros, Vianos, Bienservida, Robledo, entre otros.

Cada semana, decenas de niños y adultos suben con sus instrumentos a las aulas, convertidas en pequeños templos de cultura rural. “Hay adultos que vienen después del trabajo; para ellos es una vía de escape, una forma de desconectar del día a día. Y los niños, además de aprender música, adquieren valores de convivencia, esfuerzo y respeto”, explica Ángel.

Este crecimiento ha sido posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Alcaraz, con su alcalde Pedro Valero y la concejala de Cultura Yolanda Ballesteros, que apostaron desde el principio por revitalizar la escuela. Hoy, con el respaldo de la Diputación de Albacete y el tejido asociativo local, la música ha vuelto a ser protagonista en la Sierra.


Del aula al escenario: festivales, intercambios y galardones

El impulso ha sido tan grande que la escuela no solo enseña, sino que organiza y atrae eventos. En 2023 se celebró el I Festival Nacional de Bandas de Música de Alcaraz, con la participación de la Banda de Nules (Castellón), y este año han repetido con la Banda de Gátova (Valencia).
Además, el proyecto ha impulsado intercambios culturales entre comarcas y comunidades, generando un flujo de visitantes y actividad económica para los negocios locales.

“Cada vez que viene una banda de fuera, no solo llenamos el teatro; llenamos los bares, los restaurantes, las calles. Conocen la historia de Alcaraz, su gastronomía, su patrimonio. La cultura genera movimiento, turismo y autoestima”, apunta su director.

Por esta labor, la Diputación de Albacete reconoció a la Banda y su Escuela Comarcal con el Premio a las Buenas Prácticas 2024, un galardón que distingue proyectos que mejoran la vida en el medio rural.

“No hemos inventado nada —dice Ángel—. Solo hemos hecho lo que cualquier pueblo puede hacer: unir esfuerzos, compartir recursos y ofrecer cultura de calidad. Lo difícil era dar el primer paso”.


Más allá de las notas: comunidad, valores y esperanza

Lo que ocurre en Alcaraz es más que música. Es un modelo de cómo la España rural puede reinventarse a través de la cultura. La escuela y la banda han creado comunidad: niños, padres y abuelos comparten escenario, ensayos y conciertos. La música se ha convertido en un lenguaje común que une generaciones.

Sánchez lo resume con una frase sencilla pero poderosa:

“Aquí la gente es llana, te abre las puertas de su casa, te invita a cenar junto a la lumbre. Eso no ocurre en la ciudad. La música ha servido para unirnos aún más”.


Un ejemplo exportable

El caso de Alcaraz demuestra que cuando hay iniciativa y apoyo, los pueblos responden. “No faltan personas; faltan servicios. Si se ofrece cultura, la gente se queda. Y los que se fueron, vuelven”, asegura Ángel.

Por eso, el proyecto de Alcaraz ya inspira a otros municipios que quieren replicar su modelo de escuela comarcal compartida, con profesorado itinerante y coordinación conjunta.


Puedes volver a escuchar la entrevista completa con Ángel Sánchez a través de las plataformas de podcast de Objetivo Sierra de Albacete y Digital Fly Radio, La Radio de la España Rural.

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