Situado en la Sierra de Alcaraz, el municipio de Riópar (Albacete) fue testigo, en el siglo XIX, de uno de los episodios industriales más importantes de la España interior:
la explotación de las minas de calamina y la creación de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, precursoras de la moderna industria del latón y el cobre en el país.
La calamina es un término que históricamente se usó para describir una mezcla de minerales ricos en zinc, principalmente hemimorfita y smithsonita. Este mineral era esencial para la obtención de latón, una aleación de zinc y cobre, muy valorada por su resistencia a la corrosión y su uso en maquinaria, monedas, utensilios y decoración.

El descubrimiento y la explotación de las minas
Las minas de calamina de Riópar eran conocidas desde tiempos antiguos, pero fue en el siglo XVIII cuando se identificó el potencial industrial del yacimiento. Sin embargo, fue a comienzos del siglo XIX cuando estas minas adquirieron verdadera importancia económica y social.
En 1773, por orden de Carlos III, se fundaron en Riópar las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, también conocidas como las Reales Fábricas de Bronce y Latón. Estas instalaciones fueron las primeras fábricas metalúrgicas de este tipo en España, y una de las primeras en Europa continental, dedicadas a la producción de objetos de cobre, latón y bronce, utilizando como materia prima el zinc extraído de la calamina local.

Impacto económico e industrial en el siglo XIX
Durante el siglo XIX, las fábricas de Riópar alcanzaron su mayor esplendor. Su desarrollo coincidió con el auge del pensamiento ilustrado y con una política borbónica que buscaba modernizar el país e impulsar su industria.
Estas fábricas representaron un cambio radical en la economía local. Se generó empleo estable para cientos de personas, desde mineros hasta artesanos y técnicos.
Se introdujeron nuevas tecnologías de fundición y manufactura, muchas procedentes de Centroeuropa, especialmente gracias a la influencia de técnicos alemanes como Johan Georg Graubner, fundador de las Reales Fábricas de Bronce y Latón y uno de los primeros directores de las mismas.
Se creó un núcleo urbano-industrial en torno a las fábricas, con viviendas obreras, escuelas, almacenes y talleres.
La producción se destinaba tanto al mercado nacional como a la exportación, fabricando desde grifería hasta elementos ornamentales y herramientas industriales.
La dimensión social y patrimonial fue muy importante. La actividad minera y metalúrgica no solo transformó la economía de Riópar, sino también su estructura social. La llegada de mano de obra especializada de otros puntos de Europa y España fomentó un ambiente cosmopolita en un entorno rural.
A finales del siglo XIX, con la expansión de otras formas de energía y la competencia de nuevas industrias más modernas en otras regiones, comenzó un lento declive de las fábricas, que culminó en el siglo XX con su cierre definitivo en 1996. Sin embargo, el legado de este periodo sigue presente.
El Conjunto Histórico de las Reales Fábricas es hoy un importante atractivo turístico.
Existe un museo, el Museo de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, que conserva maquinaria original y documenta la historia de la actividad minera y metalúrgica en Riópar.
El pueblo de Riópar Viejo, ahora restaurado, ofrece una visión del entorno histórico donde se desarrolló esta actividad.
El Versátil : Por Dalmy J Gascón. 
