Liétor volvió a transformarse este pasado fin de semana en un auténtico escenario de magia y misterio con la esperada celebración de “Las Brujas de Liétor”, una cita ya tradicional en el calendario otoñal de la Sierra de Albacete que, un año más, logró reunir a cientos de personas entre vecinos y visitantes.
Calles iluminadas por antorchas, disfraces cuidados hasta el último detalle, humo, escobas, conjuros, risas y ese olor a otoño que parece envolverlo todo. Liétor vivió un fin de semana de color, fuego y embrujo, en la que la imaginación y el espíritu festivo fueron los grandes protagonistas.
El evento, organizado por un grupo de chicas que tuvieron hace 7 años la gran idea de poner este evento en marcha, al principio con ninguna ayuda, -ahora, parece que las instituciones ya ven con buenos ojos dicho evento y están comenzando a colaborar más activamente-, volvió a poner de manifiesto la capacidad del municipio para convertir una auténtica experiencia colectiva, donde no faltaron la música, las historias, las pócimas y el teatro popular.
“Cada año superan las expectativas. Las Brujas de Liétor no son solo una fiesta: son una forma de vivir el otoño y de mantener viva la esencia del pueblo”, comentaban algunos asistentes entre risas y cámaras en mano.
La noche terminó con la representación del aquelarre, acompañada de actuaciones, animación y una puesta en escena que consiguió arrancar aplausos y ovaciones de un público completamente entregado.
Así, entre humo, risas y hechizos, Liétor volvió a demostrar que la magia existe —al menos, una vez al año— y que cuando sus brujas se reúnen, la Sierra entera se embruja con ellas.

 
                    