La huella franciscana en la comarca se remonta al siglo XV y forma parte de la red espiritual que acompañó la repoblación y el control de estas tierras de frontera.

Entre los conventos más antiguos figura el de San Francisco de Alcaraz (1443) y, poco después, el de Villaverde de Guadalimar (1477), que llegó a ser un referente religioso y cultural en la zona.

La tradición recuerda que de aquel convento apenas quedan ruinas, pues la piedra se reutilizó en otras construcciones del pueblo. Un alcalde de mediados del siglo XX habría impulsado el traslado de sillares para levantar muros y, más tarde, la nueva iglesia parroquial.


De Alcaraz a Villaverde: la expansión franciscana

La primera fundación franciscana documentada en la provincia fue el convento de San Francisco en Alcaraz (1443), autorizado por bula de Eugenio IV. En sus orígenes estuvo situado extramuros, en un paraje conocido como La Potrera, hasta trasladarse al interior de la villa.

Pocos años después, los Condes de Paredes de Nava, señores de Villaverde y del conjunto de las Cinco Villas (Villaverde, Cotillas, Bienservida, Riópar y Villapalacios), solicitaron bula papal para levantar un convento en su señorío. En 1477, Pedro Manrique obtuvo la licencia y en 1486 los frailes franciscanos observantes tomaron posesión del edificio.

La vinculación con la casa de los Manrique fue muy estrecha: en 1578 se firmó escritura de patronazgo, y Luis Manrique de Lara, limosnero mayor de Felipe II, llegó a donar 4.000 ducados para reformas.


El esplendor y la decadencia

Durante los siglos XVI y XVII el convento se convirtió en centro espiritual y cultural para la comarca, siendo reconocido incluso por Pascual Madoz en su Diccionario geográfico (1845-1850), donde menciona la calidad de sus pinturas y su relevancia.

Pero como tantas casas religiosas, sufrió la decadencia tras la Desamortización de Mendizábal (1836-1837). Los bienes fueron expropiados y el convento quedó abandonado.

La memoria popular conserva que las piedras del convento se reutilizaron a mediados del siglo XX para levantar muros de contención y edificios como las antiguas escuelas. Más tarde, a finales de los años 70, se demolió la antigua iglesia románica de Villaverde para edificar la actual parroquia de San Mateo, también con parte de aquellos sillares.


Hoy, un patrimonio por redescubrir

En la actualidad, del convento franciscano apenas subsisten restos de muros y sótanos que languidecen en las afueras del municipio. Sin embargo, su recuerdo sigue vivo en la tradición oral y en documentos conservados en el Archivo Histórico Nacional y en los fondos diocesanos.

Lo que un día fue convento y centro cultural de la Sierra de Alcaraz es hoy una ruina olvidada, pero su historia recuerda la importancia de Villaverde en la red espiritual y política de Castilla en la frontera con el reino de Granada.


Cronología esencial

  • 1443 – Fundación del convento de San Francisco de Alcaraz (bula de Eugenio IV).
  • 1477 – Pedro Manrique, conde de Paredes, obtiene bula para el convento de Villaverde.
  • 1486 – Los franciscanos observantes toman posesión en Villaverde.
  • 1578 – Patronazgo formal de la familia Manrique; donación de Luis Manrique de Lara.
  • Siglo XIX – Desamortización; abandono del convento.
  • Década de 1940 – Reutilización de piedras en muros y escuelas.
  • Finales de 1970 – Demolición de la iglesia románica y construcción de la actual parroquia de San Mateo.

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