reproducción histórica de la portada original de “La Filosofía llamada la Lógica” (1587), la obra de Pedro Simón Abril que definió su visión de la enseñanza racional extraída de Aristóteles.

Pedro Simón Abril (c. 1530, Alcaraz – 1595, Medina de Rioseco) fue un humanista, helenista, pedagogo y traductor español de gran relevancia durante el Renacimiento.

Nacido en Alcaraz hacia 1530, Pedro Simón Abril dedicó su vida a democratizar el saber clásico: enseñó latín y griego usando el castellano, escribió gramáticas amigables y vertió al idioma popular las éticas de Aristóteles, comedias de Terencio y fábulas de Esopo.Catedrático en Zaragoza y docente en su Sierra, tuvo entre sus discípulas a Oliva Sabuco. Su huella pedagógica sigue viva hoy: hay un instituto y un paseo con su nombre, recordando que la Sierra también aportó a la Ilustración temprana española., su obra, aunque a menudo eclipsada por figuras más célebres, marcó un capítulo clave en la transformación de la enseñanza de lenguas clásicas en España.

Sus aportaciones más destacadas

  • Pedagogía innovadora: Abril promovió la enseñanza de latín y griego usando la lengua vulgar (el castellano), algo pionero para su época. Publicó gramáticas y manuales que facilitaban el aprendizaje de una manera mucho más accesible.
  • Traductor de clásicos: Su producción incluye traducciones al castellano de obras fundamentales como Aristóteles (por ejemplo Introductio ad logicam, Ética) y comedias de Terencio, además de textos de Esopo, Platón, Eurípides y Aristófanes, consolidándose como uno de los traductores más importantes del Renacimiento español.
  • Trayectoria docente: Su labor como profesor transcurrió en varios ámbitos: enseñó en Tudela, Zaragoza y su Alcaraz natal, hasta convertirse en catedrático en la Universidad de Zaragoza (1583) y formando a figuras influyentes como Oliva Sabuco.
  • Legado textual: Su bibliografía es extensa, con obras como Los dos libros de la Gramática Latina (1583) y la Gramática Griega escrita en lengua castellana (1586), prácticas que reflejan su ideal educativo: enseñar lo clásico mediante lo propio.

Un humanista serrano nacido para enseñar

Se formó con su tío, el médico Alonso Simón, y viajó entre ciudades como Valencia, Uncastillo, Tudela y Zaragoza, donde se enfrentó a la Universidad de Huesca por romper monopolios académicos y finalmente fue nombrado uno de los primeros catedráticos en la Universidad de Zaragoza.

Enseñar en la lengua del pueblo

Su enfoque pedagógico fue revolucionario: defendía que enseñar latín, griego, medicina o derecho en lengua vulgar (castellana) no solo era práctico, sino esencial para que el conocimiento cuajara de verdad. Una idea adelantada a su tiempo, que tuvo eco desde Oliva Sabuco hasta la reforma de la educación en siglos posteriores.

El traductor que se “transforma” en el autor traducido

Su talento como traductor se reflejó en brillantes versiones al castellano de textos clásicos: Ética, Lógica y República de Aristóteles; comedias de Terencio, fábulas de Esopo, obras de Platón, Eurípides, Aristófanes y Cicerón. En su prólogo defendía que el traductor debe “transformar en sí el ánimo y sentencia del autor” para que el texto suene como natural en castellano.

De Alcaraz a Zaragoza: un legado silente, pero potente

Aunque no tan famoso como otros humanistas, el nombre de Pedro Simón Abril vive en Albacete: el céntrico Paseo Simón Abril bordea el parque Abelardo Sánchez, recordándonos su huella silenciosa en la ciudad y como no, en Alcaraz, donde es natal.

“El traductor debe transformar en sí el ánimo y sentencia del autor”
— Pedro Simón Abril, prólogo a sus traducciones de Aristóteles

Foto de Portada. Reproducción histórica de la portada original de “La Filosofía llamada la Lógica” (1587), la obra de Pedro Simón Abril que definió su visión de la enseñanza racional extraída de Aristóteles.
Fuente Filosofa y Ciudadana. blogspot

Foto noticia: Entrada del IES de Alcaraz.

Fuente: Varias.