El sábado, 20 de septiembre, se celebró de forma muy original la última jornada de la semana de la moda de Madrid en la Casa de Castilla-La Mancha de la capital.
La cita comenzó con un ameno repertorio de jotas manchegas interpretado por la asociación vecinal Barrio Centro de Albacete y Barrio Fátima, presididas por Lorena Peralta. “Por dónde vas a misa, que no te veo / por un callejón que han hecho nuevo”, arrancaba la jota de Molinicos, gran representante de la sierra albaceteña. Con sus bellos trajes y recogidos, bailó el grupo en el escenario la Jota del aire de Alcalá de Júcar. Tocaron también la Jota del cordón de San Carlos del Valle y la de Villapalacios, la cual dedicaron a la vecina Adelina: “Se me torció la besana / labrando en el retamal / y al acordarme de ti / me se enderezó, serrana”.

Desde la nación de El Bonillo empezaba la despedida: “Y ahora la acabo, niña, ahora la acabo / porque los bailaores ya se han cansao”. Aunque no podía tener la actuación mejor broche final que la seguidilla de Albacete, que bien bailaron por tener lo que se necesita: “una buena guitarra y unas postizas”.
A continuación el telón descubría los principales eventos de la cita vespertina. Desde el atril, Raquel Lobelos, diseñadora y presidenta de ADA (Asociación de Artistas, Diseñadores y Artesanos), presentó el espectáculo muy acertadamente en palabras de Cervantes: “En un mundo donde la locura es el último vestigio de la grandeza…”.

Previamente al esperado desfile, se representó una breve y divertida adaptación de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Y, así, salieron al escenario los famosos personajes: el caballero andante “ingeniosamente” pertrechado con una escobilla de váter a modo de lanza, Sancho con una improvisada panza y su rucio de goma, y un par de espectadores que batían planchas de cartón a modo de aspas de molinos (o gigantes).

Finalmente desfilaron las modelos de ADA con trajes antes expuestos exitosamente en IFEMA: piezas inspiradas en la época de Don Quijote y los materiales caballerescos del siglo XVII. Además, lucieron también bellísimos y muy originales vestidos como tributo a la lectura.


Despidieron la muestra el mismísimo rey Carlos I de España, Carlos V Emperador y su esposa Isabel de Portugal, quien fuera señora de la ciudad de Albacete y villa de Alcaraz.
Sin duda, una velada muy entretenida, llena de creatividad y guiños figurados, literales y literarios a nuestra tierra albaceteña, Sierra del Segura, de Alcaraz y Campo de Montiel.
Paloma Serrano Molinero
