La nueva Ley Antitabaco que ha presentado el Gobierno central viene con restricciones mucho más duras: no se podrá fumar ni vapear en terrazas de bares y restaurantes, piscinas públicas, marquesinas, parques infantiles ni en las inmediaciones de colegios y hospitales.

Además, los cigarrillos electrónicos y vapeadores —con o sin nicotina— quedan equiparados al tabaco tradicional.

Una medida que en la Sierra de Albacete no pasa desapercibida. Aquí, donde el buen tiempo invita a disfrutar de terrazas y bares como punto de encuentro social, la hostelería ya se pregunta cómo afectará a su día a día.

“La hostelería rural vive mucho del aire libre y de las terrazas, donde familias y cuadrillas se juntan después de las fiestas o tras una ruta de senderismo. Si ahora fumar queda vetado, habrá que ver si la clientela lo acepta de buen grado o prefiere marcharse antes”, nos señalaba un hostelero de Elche de la Sierra.

En pueblos como Riópar, Molinicos o Yeste, las terrazas han sido siempre un motor de vida social y también económica. Con la nueva norma, la prohibición del tabaco en terrazas puede sentirse más que en las grandes ciudades, donde los locales cuentan con más espacio interior.

Los vecinos consultados coinciden en que la medida tiene un trasfondo positivo para la salud pública, pero temen que en la España rural todo se convierta en una nueva carga para los negocios: señalización, sanciones y un cambio de hábitos que puede costar más en municipios pequeños, donde la costumbre pesa.

La ley, que todavía debe pasar por las Cortes, es clara: la tendencia es reducir cada vez más los espacios para el consumo de tabaco y avanzar hacia una vida sin humo. La pregunta que queda en el aire es si la Sierra, con sus bares y terrazas como eje de convivencia, está preparada para asumirlo sin resentirse.

¿Mañana ya no se puede fumar?

El Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto de la nueva ley antitabaco el 9 de septiembre de 2025. A partir de ahora, el texto seguirá su recorrido parlamentario, con la posibilidad de que se introduzcan enmiendas en el Congreso.

Una vez aprobado definitivamente, se prevé un periodo transitorio de doce meses para que las medidas más drásticas, como la retirada de los vapeadores de un solo uso o la adaptación de los espacios hosteleros, puedan aplicarse sin impacto inmediato en el sector.

Todo apunta a que las principales restricciones comenzarán a aplicarse a lo largo de 2026, aunque la fecha exacta dependerá del calendario legislativo.

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