La mañana de este 24 de diciembre ha vuelto a dejar una escena ya clásica en toda España y no iba a ser menos, la Sierra de Albacete.
El trasiego de última hora se ha hecho notar en carnicerías, supermercados y tiendas de regalos, esas que aún resisten en nuestros pueblos y que hoy han vivido una de sus jornadas más intensas del año. Bolsas, colas, prisas y conversaciones repetidas casi como un ritual navideño.
“Siempre lo dejo para última hora”, “qué caro está todo”, “siempre me pasa lo mismo”
Son frases que se han escuchado una y otra vez a las puertas de los comercios, en una mañana marcada por los preparativos, las compras urgentes y el inevitable ajetreo previo a la cena más esperada del año.
En muchos municipios pequeños, donde ya no quedan tiendas o la oferta es limitada, el movimiento se ha trasladado a las carreteras. Vecinos y vecinas han puesto rumbo al pueblo más grande más cercano para completar la compra o buscar ese regalo que falta. Municipios como Riópar, Elche de la Sierra, Yeste, Nerpio o Alcaraz han concentrado mayor actividad comercial por volumen de habitantes y servicios disponibles.
Incluso algunos han ido más allá y han decidido desplazarse hasta Hellín, donde “hay más ofertas”, comentaban varias clientas entre bolsas y carros cargados. Un reflejo más de cómo la falta de comercio en muchos pueblos obliga a moverse para cubrir necesidades básicas, especialmente en fechas señaladas.
El ambiente, pese a las prisas, ha sido el de siempre. Encuentros improvisados, cervezas al mediodía que se alargan más de lo previsto, quedadas rápidas que acaban en charlas eternas y cenas que prometen alargarse hasta bien entrada la madrugada. Es Nochebuena, y se nota en cada esquina.
Eso sí, la jornada viene acompañada de un ingrediente añadido: el frío. Las bajas temperaturas han marcado la mañana en buena parte de la Sierra, por lo que se recomienda extremar la precaución en carretera y abrigarse bien.
Desde Objetivo Sierra de Albacete les deseamos unas felices fiestas.
Lo que pase, se lo contaremos aquí.
Y lo que pasa ahora mismo es eso: prisas, preparativos… y mucha, mucha Navidad.