En un pequeño rincón del Cañar, rodeada de montañas y memoria, una mujer decidió cambiar el ruido de Londres por el silencio azul de la Sierra del Segura.

Su nombre es Quintina Valero, fotógrafa, artista visual y especialista en procesos alternativos, que ha recorrido el mundo con su cámara y ahora ha decidido anclar su mirada en la tierra de sus abuelos.

Su historia es la de muchos que emigraron y, tras dar la vuelta al mundo, regresan para reconectar con sus orígenes. Pero la suya tiene algo más: la voluntad de transformar la Sierra en un espacio de arte, memoria y comunidad.


De Alemania a Londres, y de vuelta a la Sierra

Quintina nació en Alemania, hija de emigrantes de la aldea del Cañar en Socovos. Su familia tuvo que marchar en los años 60 por la construcción del pantano, como tantas otras que dejaron atrás sus raíces. Tras una vida marcada por el desplazamiento, estudió economía y fotografía en Londres, ciudad donde vivió durante dos décadas, trabajando como fotoperiodista y documentalista para diversos medios internacionales.

“Con la pandemia llegó el punto de inflexión. Pasé esos meses en la Sierra y entendí que era el momento de volver”, cuenta.

Desde entonces, vive entre montañas, en la casa familiar que ella misma restauró, combinando su trabajo en proyectos internacionales con la puesta en marcha de un proyecto de emprendimiento rural apoyado por el Grupo de Acción Local y los fondos LEADER. Su iniciativa, centrada en la fotografía participativa y la educación artística, ha sido reconocida como uno de los proyectos de emprendimiento más inspiradores de la Sierra del Segura.


Arte, memoria y comunidad

Su propuesta no es solo artística, sino profundamente social. Quintina ha impartido talleres en Italia, México, Colombia o Ucrania, muchos de ellos dirigidos a mujeres en situación de vulnerabilidad, migrantes o personas mayores con Alzheimer.
En todos ellos utiliza la fotografía como una herramienta de memoria, sanación y empoderamiento.

“He trabajado con mujeres que han sufrido violencia, con personas mayores que ya casi no recordaban… y a través de la imagen conseguían volver a conectar con su historia”, relata.

En 2010 descubrió una técnica que cambiaría su forma de entender la luz: la cianotipia, un proceso artesanal del siglo XIX con el que se crean imágenes fotográficas de tonos azules a partir de sales de hierro sensibles a la luz solar.

“Es una técnica mágica”, explica. “No se necesita experiencia, solo curiosidad. A través de objetos, plantas o negativos, se crean imágenes únicas. Es un modo de revelar no solo fotografías, sino emociones.”


Revelar la luz… y las sombras de la despoblación

Aunque su discurso rezuma amor por la Sierra, Quintina no esconde la frustración de vivir sin servicios básicos en pleno siglo XXI.
Desde su aldea, denuncia la falta de cobertura móvil y las continuas averías en la conexión de fibra que dejan incomunicadas a varias zonas de la comarca durante días.

“Es muy difícil trabajar así. A veces tengo que subir en coche hasta la carretera solo para hacer una llamada. No hay cobertura, no hay comunicación. Y sin comunicación no hay futuro. Queremos que la gente venga, pero hay que darles herramientas para quedarse.”

Sus palabras son un grito sereno, pero firme. Porque mientras las instituciones promueven la “España vaciada” en discursos, en lugares como el Cañar aún cuesta hacer una llamada telefónica. Y ella lo vive cada día, intentando mantener su proyecto artístico desde un territorio hermoso, pero olvidado.


Una vida entre la fotografía y la montaña

Pese a las dificultades, Quintina mantiene intacto su entusiasmo. Viaja constantemente por trabajo, pero cada regreso a la Sierra es una reafirmación de su decisión:

“Aquí está la calidad de vida. El aire, la gente, la calma… Esto no lo tienes en Londres, ni en Madrid. Aquí encuentro inspiración y sentido.”

Entre sus proyectos, además de seguir impartiendo talleres en diferentes pueblos de la comarca, prepara exposiciones que combinan arte y memoria rural. Su mirada fotográfica busca rescatar las historias que se desvanecen, los rostros del tiempo, los oficios, la vida cotidiana que define a esta tierra.

“Tenemos la responsabilidad de mantener viva la memoria. A través del arte podemos recuperar quiénes somos.”


Un taller para descubrir la magia del azul

Su próximo paso será compartir ese conocimiento con los vecinos y vecinas de la comarca. El viernes 1 de noviembre, impartirá en la Casa de la Cultura de Riópar un taller gratuito de iniciación a la cianotipia, una actividad incluida en la programación cultural del Ayuntamiento.
El taller, de 10:30 a 14:00 horas, está abierto a todos los públicos —sin necesidad de conocimientos previos— y cuenta con plazas limitadas entre 12 y 14 participantes.

También estará presente en la feria de Tradiciones de Yeste, este fin de semana para mostrar la técnica a todos los visitantes al Castillo y a la Feria.

“Queremos que la gente venga, experimente y se sorprenda. Es una técnica que pueden disfrutar tanto niños como adultos, y los resultados son preciosos.”


Una historia que se escucha y se ve.

La historia completa de Quintina Valero podrá escucharse este sábado, a las 13:00 horas, en el programa “Golismeando por Nuestros Pueblos” de Digital Fly Radio – La Radio de la España Rural, y también estará disponible en formato podcast y en las plataformas digitales de Objetivo Sierra de Albacete.


“Vivir y crear en la Sierra es un acto de amor y resistencia. Aquí la luz es distinta. Aquí todo tiene alma.”

Algunas de sus fotos que no dejan a nadie indiferente.