Bogarra y Paterna del Madera se convierten en epicentros de la investigación arqueológica con los proyectos dirigidos por el arqueólogo Arturo García‑López (Instituto de Arqueología de Mérida, CSIC – Junta de Extremadura)

En los últimos años, la Sierra de Albacete ha dejado de ser solo un refugio natural de impresionante belleza para convertirse también en un enclave de enorme interés arqueológico. Dos proyectos liderados por el arqueólogo Arturo García‑López están sacando a la luz episodios olvidados de la historia local: las excavaciones en la emblemática Torre de Haches, en Bogarra, y el ambicioso Proyecto Almenara, que investiga la enigmática torre del Mencal en Paterna del Madera.

La Torre de Haches: guardiana del tiempo

Situada sobre un cerro que domina el valle de Bogarra, la Torre de Haches es uno de los vestigios más impresionantes del medievo en la Sierra del Segura.

Probablemente relacionada con la defensa de la Cora de Tudmir durante la época islámica, que sigue en pie como testimonio de una época convulsa. Se trata de una fortificación musulmana del siglo XII y en la primera mitad del s. XIII termina su uso, coincidiendo con la conquista castellana del territorio andalusí.

El equipo dirigido por García‑López lleva varias campañas de excavación con el objetivo de documentar y consolidar los restos del recinto amurallado, además de profundizar en su funcionalidad estratégica. Entre los hallazgos destacan cerámicas andalusíes, elementos constructivos y estructuras auxiliares que apuntan a la existencia de un poblamiento organizado en torno a la torre.

Pero más allá de los descubrimientos, el proyecto ha tenido un gran impacto en el pueblo: se han organizado visitas guiadas, jornadas divulgativas y actividades de voluntariado arqueológico que permiten a vecinos y visitantes participar directamente en la recuperación de su pasado.

La Torre de El Mencal: el misterio de las almenaras

En el caso de Paterna del Madera, el foco está en una estructura menos conocida pero igualmente fascinante: la torre del Mencal, una antigua torre de vigilancia situada en un promontorio de difícil acceso. Este enclave forma parte del denominado Proyecto Almenara, Se trata de torres con una función de vigilancia y protección del territorio y la población inmediata, y como bien dices, alertar de los movimientos de las tropas castellanas, la torre de Mencal la fechan los investigadores, entre los siglos XII y XIII.

Las primeras fases del proyecto han confirmado la función defensiva y de observación de la torre del Mencal, pero también han planteado nuevas preguntas sobre la red de comunicación a la que pertenecía.

Según el propio Arturo “Se han documentado muros, parte del trazado y planta original de la torre de Mencal, que hasta ahora estaba perdida. Y el limitado volumen de material cerámico medieval encuentra perfecto encuadre con la vajilla que estamos documentando en otros sitios de la sierra de Alcaraz, caso de Torre de Haches como del Castillo de Alcaraz. Esto habla de una estandarización de la vajilla y de las producciones que no responde a prácticas locales o de autoconsumo, sino a una organización mayor de carácter estatal. Esta uniformidad de la vajilla cerámica, también de las formas constructivas de estas construcciones defensivas, nos dan pistas sobre el papel que puede jugar la Sierra de Alcaraz en la frontera con el reino de Castilla, hasta totalmente desestimada por su lejanía a centros urbanos de relevancia, como podría ser y restos de cerámica medieval, lo que sugiere que pudo haber presencia humana de forma más prolongada de lo que se pensaba” comenta para Objetivo Sierra de Albacete.

García‑López y su equipo han destacado la singularidad de este tipo de estructuras en el territorio manchego y han subrayado la necesidad de conservarlas como parte del patrimonio colectivo. La torre, aunque deteriorada, conserva aún parte de su estructura original y ofrece una vista privilegiada del entorno, lo que refuerza su valor como hito cultural y paisajístico.

Arqueología con alma rural

Ambos proyectos comparten un mismo espíritu: la arqueología como herramienta para revitalizar el mundo rural. En palabras del propio Arturo García‑López, “no se trata solo de excavar, sino de implicar a la comunidad, generar conocimiento y reforzar el vínculo entre pasado y presente”.

Gracias a la colaboración con los ayuntamientos de Bogarra y Paterna del Madera, y con el apoyo de entidades como la Junta de Comunidades y asociaciones locales, financiación del Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel» y colaboración del Ayuntamiento de Paterna del Madera y del Centro de Estudios de Arqueología Bastetana. Estas iniciativas han logrado poner en valor un patrimonio que durante años permaneció en el olvido.

La combinación de ciencia, pedagogía y amor por la tierra está escribiendo una nueva historia en la Sierra de Albacete. Una historia que no solo habla del pasado, sino también del futuro.