El Ayuntamiento de Riópar ha vuelto a recordar algo que parece de sentido común, pero que cada verano hay que repetir como un mantra: el agua de la red potable no es para regar huertos.
La presión del agua empieza a flojear en algunas zonas del municipio, y no hay que investigar mucho para saber por qué. Los huertos familiares —tan típicos como queridos en nuestro pueblo— florecen con fuerza, pero también tiran del grifo más de la cuenta, -así como un aumento de consumo por la afluencia de veraneantes- todo hay que decirlo, lo que termina afectando a todos los vecinos.
Desde el Ayuntamiento se pide responsabilidad: no se trata de demonizar los huertos ni de asustar con recortes, sino de ajustar el uso del agua a lo que realmente es necesario. Porque aunque en Riópar el agua no escasea como en otras zonas, la red tiene sus límites, y si todos tiramos a la vez, no llega donde debe.
No es cuestión de acabar con la tradición, sino de mantener un equilibrio: huertos sí, pero no con agua potable. Así que menos riego con la manguera y más cubo del aljibe, si es posible.
