“Mi objetivo es sembrar comunidad, educación y sostenibilidad, conectando la tierra con las personas y la tradición con la innovación”, explica Estefanía Clavijo, fundadora de Seguraleza y del proyecto Un Huertillo en Férez.
En el programa “Pasajeros al Tren”, que emite Digital Fly Radio cada tarde a las 17:00 horas, los periodistas Fran Álvarez y María Reinoso conversaron con Estefanía Clavijos, creadora del proyecto Seguraleza y promotora de la iniciativa Un Huertillo en Férez. La entrevista, desarrollada entre emociones, risas y reflexiones profundas, recorrió el camino vital de una mujer que decidió volver a su pueblo natal para transformar su entorno a través de la sostenibilidad, la educación y el turismo rural con alma.
El regreso a casa: del confinamiento urbano a la raíz rural
Estefanía, nacida en Férez, había desarrollado su carrera profesional en el sector de los eventos en Barcelona. Sin embargo, la llegada de la pandemia cambió su rumbo.
“Decidí pasar el confinamiento en casa de mi madre y me sentí una afortunada. De repente dejé la ciudad, los pisos cerrados, y llegué al campo, donde el sol entraba por todas las ventanas. Me reenamoré de mi hogar”, relató.
De esa experiencia nació Seguraleza, una plataforma digital para mostrar al mundo la Sierra del Segura: sus productores locales, su vida cotidiana y sus experiencias auténticas.
“No se trata solo de sembrar verduras, sino de sembrar comunidad. Conectar la tierra con las personas, con la tradición y con la innovación”, subraya Estefanía.
Turismo sostenible y experiencias reales
A través de Seguraleza, Estefanía desarrolla actividades y experiencias rurales que permiten a los visitantes conocer la vida serrana desde dentro: la apicultura, el pastoreo, las degustaciones de productos locales o los talleres con artesanos.
“La gente ya no busca pagar por algo turístico. Ahora el turismo son las experiencias, conocer lo que consumimos y quién lo produce. Quieren ver de dónde vienen las cosas”, explica.
Sin embargo, reconoce que no ha sido un camino fácil:
“Todavía cuesta creer que alguien pague por venir a ver nuestras cabras o nuestros montes. Pero lo cierto es que hay quien lo valora, y ese es mi trabajo: mostrar que el campo también puede ser un espacio de emprendimiento y de orgullo”.
La difícil balanza entre promoción y conservación
Durante la entrevista, Estefanía habló de los retos de conciliar la promoción turística con el respeto al entorno y a sus gentes.
“Es difícil. Hago mucha formación y muchos malabares —decía entre risas—. Trabajamos con grupos pequeños, con actividades puntuales, sobre todo en vacaciones o fines de semana, para no saturar ni alterar el ritmo del territorio”.
Asegura que la distancia y el aislamiento de la Sierra del Segura, a menudo vistos como un inconveniente, son precisamente su mayor encanto.
“Estamos lejos, tenemos carreteras con curvas, pero eso es parte de la magia. Aquí no hay masificación, solo autenticidad.”
Tradición, memoria y respeto a los mayores
Uno de los pilares de su trabajo es la recuperación de la memoria rural y el contacto con las personas mayores.
“Mi vecina Remedios tiene 94 años y sigue yendo a la huerta cada día. Publico vídeos con ella porque es sabiduría pura. Mis amigos de la ciudad me dicen que siempre estoy con las abuelas, pero no saben lo que me enriquece pasar tiempo con ellas”, contaba emocionada.
Estas historias, que mezcla con humor y ternura, son una forma de preservar la identidad de su pueblo.
“Antes en San Juan se colgaban ramas de ciruela en la puerta de la pretendienta. Esas costumbres se están perdiendo, pero al menos que quede constancia de que existieron”, explica.
“Ser rural es trending”
Para Estefanía, ser de la sierra ha pasado de ser un complejo a un motivo de orgullo.
“Antes se veía como algo de menos valor. Pero ahora ser de pueblo, ser manchego, ser de montaña, es un orgullo. Tenemos ejemplos como Rosalén, que ayudan a cambiar esa mirada. Yo no cambio mi infancia en el pueblo por nada.”
Defiende que las nuevas tecnologías han permitido dar visibilidad a proyectos como el suyo.
“Si la pandemia hubiera llegado diez años antes, esto no sería posible. Internet ha democratizado la comunicación y nos permite mostrar al mundo lo que hacemos desde lugares pequeños.”
“El turista tiene que vivir la sierra como un local”
El enfoque de Seguraleza es claro: autenticidad.
“Quien visita la Sierra del Segura con nosotros no viene como turista, sino como local. Las actividades se basan en la rutina real del territorio. Si hay que echar de comer a las gallinas, se hace. Si no viene nadie, la vida sigue igual”, afirma.
Y con humor añade:
“Les hacemos vivir la experiencia rural completa, pero sin la parte negativa: sin los déficits de transporte o de sanidad. Bueno… quizá sin cobertura durante un rato, y con alguna pulga de recuerdo”, bromea.
“La Sierra del Segura, busque, compare, y si encuentra algo mejor…”
Al finalizar la entrevista, Estefanía dejó una frase que resume su espíritu:
“La Sierra del Segura se puede visitar todo el año. En invierno es maravillosa, los amaneceres y atardeceres son únicos. Parece que solo sirve para vacaciones, pero venir un martes cualquiera es estupendo. La Sierra del Segura: busque, compare y si encuentra algo mejor, no nos lo creemos.”
El programa “Pasajeros al Tren”, emitido por Digital Fly Radio – La Radio de la España Rural, sigue consolidándose como un espacio que da voz a quienes impulsan proyectos sostenibles y humanos desde los pueblos, mostrando que el futuro del mundo rural también se escribe en femenino y en plural.
