«La Casica» de Bienservida continúa consolidándose como un espacio cultural, divulgativo y de encuentro, capaz de generar un ambiente favorable para el entendimiento y la convivencia.
En su última actividad, el centro volvió a demostrar su compromiso con la salud comunitaria al abordar un tema tantas veces silenciado: la salud mental.
La Casica da voz a lo que durante años quedó oculto, rompiendo estigmas y tabúes en plena Sierra.
El taller, incluido en la programación divulgativa y de bienestar, reunió a varios vecinos que iniciaron la jornada con un paseo por las terrazas del centro. El paisaje, la calma y la luz de la tarde prepararon el ambiente antes de pasar a la gran sala principal, donde se desarrolló la actividad.
Allí, sentados en corro, los asistentes participaron en una charla cercana e informativa dirigida por Alejandro, quien ofreció una guía práctica especialmente pensada para acompañantes, familiares y amistades de personas que conviven cada día con una enfermedad mental.
«Porque es eso: una enfermedad», subrayaron en el taller, recordando que el sufrimiento psíquico debe tratarse con la misma naturalidad que cualquier otra dolencia.
Un territorio inclusivo donde nadie juzga
«La Casica» se ha convertido en un entorno familiar donde nadie señala ni juzga, y donde el aprendizaje colectivo se abre paso. La actividad también contó con un servicio de transporte voluntario, pensado para que vecinas mayores con dificultades de movilidad pudieran asistir sin obstáculos.
La participación fue diversa. Entre los asistentes se encontraba María Luisa, bien conocedora de la enfermedad por su experiencia laboral en centros penitenciarios, quien trasladó al grupo una reflexión clave:
«Los enfermos sienten una enorme culpa. Eso hay que acabarlo. Nadie se culpa de tener cáncer o diabetes.»
La vecina también recalcó la importancia de entender las adicciones desde la perspectiva de la enfermedad, no del juicio moral:
«No son culpables por haber consumido tal sustancia. Es una dolencia, igual que quien sufre una paraplejia practicando un deporte de riesgo no es acusado de haberlo elegido.»
Saber acompañar: una necesidad urgente
Durante la sesión se habló de la importancia de acompañar con respeto, sin invadir, sin presionar ni herir. Incluso en momentos de desesperación, insistieron, es necesario actuar desde el cariño y la comprensión.
El encuentro también incluyó la lectura de dos cartas enviadas por personas que no pudieron asistir físicamente: una familiar de un afectado y otra persona con un trastorno alimentario. Sus testimonios fueron compartidos con el grupo, aportando una mirada íntima y valiente sobre la realidad de la enfermedad.
La Casica, un espacio abierto en la Sierra
«La Casica» de Bienservida reafirmó así su vocación como lugar de diálogo, aprendizaje y comunidad. Un espacio que sigue abriendo temas, tendiendo puentes y ofreciendo casa y voz a quienes no siempre la han tenido.
“Entender para acompañar” fue la frase que mejor resumió el espíritu del encuentro.
La jornada concluyó con la visualización de varias imágenes del taller, muestra de un espacio que crece, escucha y acompaña.
Otras imágenes del taller.




