Durante el acto institucional de inauguración del nuevo cuartel de la Guardia Civil en Caudete, el ambiente fue mucho más tenso de lo habitual.
El alcalde del municipio, José Miguel Mollá (Vox), aprovechó la presencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para lanzar un discurso contundente sobre la inseguridad que, según afirmó, sufre la localidad.
La información fue publicada en primer término por OK Diario, medio que recogió los detalles de la intervención.
Mollá abrió su intervención con una frase directa: «Señor ministro, ya tenemos las paredes; ahora hacen falta las personas». A partir de ahí enumeró diversos episodios delictivos que, según explicó, se repiten en la localidad: coches calcinados, robos con violencia, ocupaciones ilegales, hurtos en viviendas y negocios, agresiones sin motivo aparente o incendios presuntamente intencionados.
El regidor sostuvo que los responsables son “un grupo reducido pero muy conocido” por los vecinos y por las fuerzas de seguridad. Según su valoración, el problema no es tanto policial como judicial: «La justicia llega, pero llega tan tarde que ya no sirve de nada», afirmó, insistiendo en que existe la sensación de que «los delincuentes están más protegidos que los ciudadanos que cumplimos la ley».
El alcalde reclamó una legislación “ágil y contundente”, que priorice la protección efectiva de quienes respetan las normas frente a quienes las vulneran de manera reiterada. Una crítica que, más allá del tono político, coincide con una percepción extendida en distintos municipios rurales: de poco sirve disponer de nuevas infraestructuras si la respuesta legal no resulta eficaz o rápida.
Grande-Marlaska respondió rechazando el tono empleado en un acto institucional y defendió las políticas del Ministerio. Recordó que Castilla-La Mancha cuenta con un 11,5% más de efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil respecto a 2018, y que existe capacidad para reforzar de inmediato las plantillas allí donde se detectan repuntes delictivos, como ha ocurrido en Caudete. Cerró su intervención subrayando: «España es uno de los países más seguros del mundo».
La visita del ministro no fue tranquila. Marlaska fue recibido con abucheos en la calle y gritos de “corrupto”. Además, su presencia llega en un contexto complejo: hace apenas unos días, el pleno del Ayuntamiento de Albacete declaraba persona non grata al presidente del Gobierno, un hecho que ha generado repercusión nacional y que también ha marcado el clima político en la provincia.
El alcalde de Caudete aprovechó la atención mediática nacional que acompañaba la inauguración. Y más allá de las siglas y del debate partidista, su intervención volvió a poner sobre la mesa una preocupación compartida por diversos municipios: la sensación de que, en algunas zonas, la delincuencia reincidente encuentra demasiados vacíos legales y que los pueblos necesitan más herramientas para sentirse protegidos.

