Por Dalmy Gascón.

La Sierra del Segura, situadas en el extremo suroeste de la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha) y extendiéndose parcialmente por las provincias de Jaén, Granada y Murcia, es un territorio de una singular riqueza paisajística, ecológica y etnográfica.

Uno de los elementos más representativos y menos conocidos de este legado cultural son las vías pecuarias y, en particular, las cañadas reales, caminos históricos utilizados tradicionalmente por los ganados trashumantes. Las vías pecuarias son rutas o corredores por los que el ganado transita de un lugar a otro en busca de pastos, según el ciclo estacional. Esta práctica, conocida como trashumancia, ha sido parte esencial del modelo agroganadero tradicional desde hace siglos. Las vías pecuarias están protegidas legalmente en España, forman parte del dominio público y están reguladas por la Ley 3/1995 de Vías Pecuarias, aunque muchas han sido invadidas y borradas por los propietarios conlindantes a ellas. Hay tres tipos  que se diferencian por la amplitud de su calzada, las cañadas reales pueden llegar a tener 75 metros de ancho, mientras que los cordeles tienen 37,5 metros de ancho y finalmente las veredas, de 20 metros de amplitud.

A su paso por la Sierra del Segura, muchas de estas vías atraviesan sierras escarpadas, valles profundos, bosques de pinos y robles, zonas de cultivo en terrazas, y espacios naturales protegidos como el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima. Desde tiempos medievales, la Sierra del Segura ha sido una tierra de paso y descanso para los rebaños procedentes de la Meseta Central, que descendían durante el otoño en busca de los pastos invernales de Andalucía oriental o Murcia. En primavera, el camino se recorría en sentido inverso.

Las cañadas reales que cruzan esta comarca servían no solo como ejes ganaderos, sino también como canales de intercambio económico, cultural y social. Eran caminos vivos, jalonados por descansaderos, abrevaderos y majadas que permitían el descanso del ganado y los pastores. Algunas de las más relevantes en la zona incluyen: Cañada Real de Andalucía Oriental, que conectaba con la Meseta a través del Campo de Montiel y Sierra Morena. Cañada Real de los Serranos, que discurre desde Valencia hasta tierras andaluzas pasando por Albacete. Cañada de los Mojones, muy presente en las aldeas y campos de la Sierra del Segura albaceteña.

Las vías pecuarias de la Sierra del Segura constituyen auténticos corredores ecológicos que favorecen la biodiversidad, ya que permiten el desplazamiento de fauna silvestre y el mantenimiento de hábitats en mosaico. Muchas de estas vías se conservan casi intactas, rodeadas de matorrales, encinares o pinares, y se convierten hoy en día en rutas de senderismo, cicloturismo y ecoturismo. Las vías pecuarias y cañadas reales de la Sierra del Segura son mucho más que simples caminos: son testigos del paso del ganado y del tiempo, elementos vivos de una cultura pastoril ancestral. Su conservación no solo protege un legado cultural único, sino que también ofrece alternativas para el desarrollo sostenible, la educación ambiental y el ecoturismo. Apostar por ellas es apostar por la historia, el medioambiente y el futuro de nuestras sierras.